Hoy como todos los días me he vuelto a acordar de ti, desde que te fuiste no hay un solo día en el que no me acuerde de ti.
Con esa sonrisa de oreja a oreja que siempre tenias, con los cascos del iPod colgados de tu sudadera y como siempre pensando siempre en el patinaje.
Sigo sin aceptarlo, no me lo puedo creer.
A.
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