domingo, 20 de junio de 2010

Sin saberlo, vivimos una contrarreloj constante. Nos pasamos la vida corriendo de un lado para otro intentando llegar a tiempo, y es que cada segundo que pasa puede ser crucial. En un segundo pueden pasar muchas cosas: puedes pestañear, sonreir, llorar, respirar, mirar, odiar, amar, recordar, olvidar, pensar, recapacitar, despertar, dormir, vivir, morir...Ayer era mi último día en esta estúpida contrarreloj en la que me he concentrado durante el último mes. La idea era encontrarte casualmente y que te enamorases de mi en un segundo, simplemente con una mirada que lo diría todo. Ese encuentro mágico con el que todo iba a solucionarse en mi vida, no se ha producido. Se acabó el juego, no he conseguido hacer un buen tiempo en mi carrera particular y la meta se aleja cada vez más deprisa, pero yo ya no puedo dejar de pensar en ti...



P.

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